lunes, 31 de mayo de 2010

La dinámica anímica de la teoría psicoanalítica es consecuencia última y extrema de la visión naturista y mecánica del mundo aplicada a la vida del alma humana. El escenario es la psique inconsciente del hombre, de donde provienen fuerzas auténticamente impulsoras de la conducta .

El método psicoanalítico es exploración inmediata e introspectiva de hechos conscientes e inconscientes, a través del procedimiento terapéutico implicando la asociación libre, la interpretación de sueños y la actuación mediante la neurosis de transferencia, elaborando la explicación psicodinámica de la personalidad .

La teoría psicoanalítica define al crimen como conducta funcional simbólica, expresión de conflictos psíquicos profundos de la personalidad humana que, se desvelan introspectivamente ahondando en el inconsciente del individuo .

El modelo psicodinámico de la teoría psicoanalítica responde al determinismo biológico, concediendo importancia al instinto sexual, sustrato, motor y referencia obligada del comportamiento del ser humano. Su teoría psicosexual distingue varias etapas en el desarrollo de la líbido que, determinan el psiquismo y la personalidad del individuo.

La libido es energía síquica contentiva de actividad humana constructiva, asociada a impulsos sexuales , comprendida susceptiblemente por el concepto de amor . Debe desarrollarse conjunta y paralelamente en la persona, a contrario sensu manifestará anomalías . Conviene al hombre y a la mujer exteriorizar su tendencia heterosexual para no acarrear problemas criminales. Las faltas, aberraciones sexuales, alineación errónea, descargas inadecuadas de la libido son desviaciones y hechos antisociales por la afectación de terceros .

La líbido en su proceso evolutivo pasa por diferentes estadios delimitados por zonas erógenas . En la fase oral, el área sensible de excitación es la mucosa bucal; en torno a ella se centra la colectividad placentera. En la etapa anal, las fuerzas libidinosas se concentran en la superficie sensitiva del recto; el niño se encuentra en su mayor placer, ante la expulsión y retención de excrementos; se da en segundo y tercer año de vida. El período fálico define a los órganos genitales externos como zona sensible al entusiasmo sexual; se da en cuarto y quinto año de vida. En lapso de latencia, estado intermedio entre ciclo fálico y genital, la líbido se adormece para reaparecer en advenimiento de la pubertad; se da al final del quinto año de vida. El grado genital en período de madurez, surge desde la pubertad hasta la muerte. La líbido alcanza su objetivo final al convertir los genitales en centro de placer de forma madura, volviendo posibles el orgasmo, la eyaculación y preñez .

En las dos primeras fases del proceso evolutivo de la líbido se registra un autoerotismo dirigido a la obtención de satisfacciones centradas en el propio cuerpo .Considerando el estadio de producción de mayor fijación de la líbido, se hablará de un carácter oral, anal, o fálico .


La teoría psicoanalítica estructura y define, como división topográfica de la psique, el consciente, el preconsciente y el inconsciente. Puntualiza al consciente como representación del presente en la conciencia. Describe al preconsciente como lo transportado al consciente, mediante acto de voluntad. Conceptúa al inconsciente como figura no reconocible. Esta última, se convierte en la parte más importante del psiquismo, siendo zona residente de lo inútil, traumático o dañino. Las experiencias no desaparecen, no se olvidan, van al inconciente y viven con gran dinamismo .

El delito tiene motivación inconsciente, desconocida por el criminal. El hombre no es libre, cree actuar por voluntad pero en realidad es marioneta del inconsciente. Se atribuye a la conducta humana consciente un significado simbólico, como reflejo del inconsciente .

La teoría psicoanalítica en la división dinámica de la psiquis define como instancias mentales al Ello, Yo, y Super Yo. Su equilibrio garantiza la estabilidad mental del individuo, su disfunción avala las diversas patologías.

El Ello es núcleo dominado por el principio del placer, zona residencial de instintos, tendencias, pasiones y pulsiones. El Yo es parte del Ello, modificado por contacto con medio ambiente formándose mediante desarrollo y presidiéndose por la realidad. El Super Yo es formación desprendida del Yo, siendo introyección de la figura paterna y siguiendo la primicia del deber. Se le atribuyen la función autocrítica, la aceptación de normas morales y la formación de ideales .

La primera hipótesis de la teoría psicoanalítica en materia criminológica define, ubica y forja la noción del criminal, dentro de un marco psicológico encuadrado en conflictos infantiles, como hombre desprovisto del Super Yo , manifestando a través de procesos inconcientes , durante su vida adulta, la simbología conductual.


En triunfo o fracaso de la función del Super Yo, porción anímica socialmente adaptada, radica el fenómeno delincuencial, aunque a veces se posee un Super Ego Criminal como en casos de los habituales profesionales del delito. La persona comete el acto criminal cuando sus impulsos instintivos dominan temporalmente la resistencia del Super Yo, tocando al Yo satisfacer los mandatos del Ello .

De la constante evolución de impulsos destructores deriva la génesis de la moral, dirigida primitivamente contra el medio y posteriormente, contra el propio Yo, convirtiéndolo en implacable censor. En la formación del Super Yo o conciencia moral robusta, existe mayor desenvoltura cuando es superior la violencia primitiva del Ello y la intensidad alcanzada por complejo de Edipo .

La conducta moral es consecuente al grado de desarrollo del Super Yo, derivada del fondo sádico del instinto destructor. Para la teoría psicoanalítica, una persona sería socialmente buena en medida que era mala para sí misma . Se estructura un orden criminológico exógeno, proyectando al delito como fenómeno de inadaptación social.

La actividad humana es consecuente a la constelación heterogénea de motivaciones de cual, son conscientes o inconcientes. La responsabilidad del individuo se evalúa en la medida que, motivos conscientes determinan al sujeto y, según la proporción en que, motivaciones inconscientes se establezcan al acto. La teoría psicoanalítica define como concepto científico de imputabilidad al grado de participación del Yo consciente del autor en la conducta criminal .

Al juzgar al delincuente debe considerarse el mayor o menor poder de inhibición del Super Yo del cual, depende su responsabilidad. El grado de la pena debe estar en relación con el valor inhibitorio del Super Yo, en escala descendente .
Para la teoría psicoanalítica el conflicto mental, la represión y el delito son respuestas simbólicas o comportamientos sustitutivos de un proceso dinámico. El conflicto mental como producto de la estructura primaria del individuo y de los requerimientos conformes a la comunidad, dentro de los tres niveles del aparato intrapsíquico, reprime en el inconciente los impulsos y complejos emergidos al consciente, siendo los actos humanos, incluidos los delictivos, respuestas sucedáneas o figuradas, directa o indirectamente en la realidad del inconciente.

En la primera inocencia los infantes varones padecen del complejo de Edipo, deseando a la madre y odiando al padre. El problema edípico tiene un poderoso efecto criminógeno por generar, en el sujeto, cuando no es superado, anomalías estructurales en la personalidad y un sentimiento de culpa, con componente auto punitivo de carácter conductual, precediendo y motivando al crimen en lugar de sucederlo .

La teoría psicoanalítica se dirige al estudio sistemático de actitudes colectivas como la psicología del castigo y el modo operador de la sociedad sancionadora, aplicando el crimen como consecuencia defectuosa por parte del individuo en la interiorización de normas sociales, producto de procesos de socialización y estados deficitarios criminógenos, como la falta de identidad del hijo hacia sus padres y la presión psíquica o social ejercida por la familia .

Se define como fuentes básicas de energía involuntaria, biológicas de la motivación humana, al Eros y Thánatos. Se entiende por Eros, a los instintos generadores de búsqueda, continuación y desarrollo de vida y cultura que, compelen a los hombres a procrear y cuando se sublima, a crear en formas sexuales. Deduce por Thánatos, a las tendencias destructoras de materia y vida, convirtiéndola en estado inorgánico. La teoría psicoanalítica estructura y define al crimen, conceptuando en la noción del hombre la predominación del Tánatos sobre el Eros. El ser humano con fuerza interior agresiva, potencia psicológica al servicio del instinto de conservación, tiende a superar los inhibidores, convirtiendo la agresión en conducta antisocial . El hombre socialmente inadaptado debe por medio del proceso de adaptación, transformar en sentido social las pulsiones delictivas .

En continuidad se explica, desde la perspectiva de la teoría psicoanalítica, a modo sistemático y coherente, pedagógico y científico, la dinámogénesis de la proyección, introyección, transferencia, racionalización, formación reactiva, sublimación y regresión,. Los tres primeros son mecanismos de defensa por canje de objeto, orientando la energía del Yo hacia substancias. Los descritos posteriormente son componentes de defensa por cambio de fin, transformando la naturaleza misma de la energía comprometida .

El hombre tiene sentimientos y actitudes inaceptables para el Super Yo, inculpando a otras personas. La proyección es eco inconciente del proyector . El fenómeno de la proyección resulta gráficamente de conductas adoptadas por jueces o agentes del control, en uso de su discreción sancionan comportamientos que, en su inconciente, desean realizar y que, son objeto de censura por su Super Yo. A manera de ejemplo se puntualiza a quien, inconcientemente acaricia la idea de suicidarse por un inadecuado manejo de sentimientos de culpa, terminando por darle muerte a otra persona .

El mecanismo inverso de la proyección es el referente sobre nosotros mismos del sentimiento dirigido hacia otra persona como resultado inaceptable de la censura moral del Super Yo. A manera de paradigma, se perspicua al suicida por ser un homicida frustrado por su Super Yo, terminando auto eliminándose por no gratificar el apetito de destrucción en objeto externo .

La transferencia se aplica a objeto externo en forma sustitutiva. El mecanismo de transmisión ha sido estudiado por la situación terapéutica, al dirigirse con frecuencia hacia el psicoanalista sentimientos del paciente, en relación a otras personas. Se precisa como ejemplo, el caso del hombre que, no resolviendo su complejo de Edipo, encauza el odio inconciente contra su padre, sobre figuras simbólicas de autoridad del progenitor, pudiendo incluso llegar a dar muerte como forma figurada de gratificar el deseo de matar al propio progenitor .

Como segundo ejemplo del mecanismo de transferencia se cita, el por qué de la reacción social institucional hacia determinados grupos sociales económicamente débiles, con poca o ninguna capacidad de vindicación, sino que, la transmisión se hace comprensible desde un ángulo psicológico, atribuyendo como fenómeno el prejuicio en contra de determinados grupos raciales o culturales .

Según las reflexiones de los psicólogos sociales, podría transpolarse la dinámica anteriormente explicada, a los maltratos expuestos de los presos. Para las autoridades penitenciarias, los reclusos son grupo en situación de debilidad, plenamente identificado dentro de establecimientos penitenciarios, con nula capacidad vindicatoria.

La racionalización resguarda intacta la autoestima, sin negar la satisfacción demandada por impulsos instintivos, facilitando el mantenimiento de la buena imagen en preserva de la autovaloración. Podría decirse que, las razones ofrecidas por los agentes de control social en respaldo de acciones irracionales, son orientadas por el noble propósito en defensa de los intereses de grupo .

La formación reactiva en la comprensión de la dinámica del delito pasional, no muestra tanta saña y sevicia cuando se mata al enemigo como cuando se da muerte a la persona amada. Parecería como si todo el amor, manteniendo su intensidad, se trocase en odio extremo. En el inconciente los sentimientos opuestos forman unidad, de tal manera odiamos a quienes creemos amar o viceversa. Cuando el Super Yo censura el sentimiento o actitud inconciente hacia una persona, el Yo da la solución para adoptar conscientemente una actitud contraria, de tal manera, la extrema solicitud y devoción hacia alguien puede encubrir el odio inconciente o, a la inversa, el manifiesto rechazo, disfrazando una apetencia inconciente, inaceptable para la función censora del Super Yo .

La energía libidinal como resultado de censuras Super Yoicas, puede trastocarse en carácter socialmente aceptable, mediante la alquimia psíquica. En los casos en que se enfrentan dificultades ante el mundo real o insatisfacciones genitales, el individuo tenderá a gestionar regresiones a fases pregenitales en que existió mayor fijación de la líbido . La teoría psicoanalítica explica los orígenes de conductas desviadas en base al mecanismo de regresión. A continuación se detalla en forma metódica y adaptada, algunos ejemplos.

Las fijaciones en fase oral pueden llevar a gratificaciones posteriores, por vía de la regresión, tales como la dipsomanía y la fármaco dependencia, vinculadas a drogas o sustancias de ingestión oral. La agresividad verbal es propia del carácter oral y da lugar a delitos como injuria y calumnia. Por otra parte, la habilidad verbal con fijaciones orales haría potencialmente aptas a las personas para cometer delitos de astucia como la estafa, e igualmente, para desarrollar conductas socialmente útiles como la docencia o el litigio ante estados judiciales .

Las fijaciones en fase anal, pueden generar comportamientos extraños de diverso contenido según se defina en la subfase anal expulsiva o retentiva. En evento de fijaciones anales expulsivas, el sujeto podría tornarse extremadamente generoso convirtiéndose en dilapidador, con implicaciones en manejo irresponsable de bienes ajenos, llegándose a desfalco. La persona con fijaciones en subfase anal expulsiva se caracteriza también por desgreño, desorden y suciedad, dando lugar a infracciones culposas. Las fijaciones anales retentivas, dan lugar a regresiones definidas en conductas tales como la avaricia, con manifestaciones desviadas, como la especulación y la usura. En caso de fijación anal retentiva, simbólicamente se gratifica por el acto de retención de valores como antes retenían las heces. El individuo fijado en esta subfase retentiva, podrá mostrar una exagerada tendencia al orden y la limpieza .

La teoría psicoanalítica define toda conducta como defensiva, buscando disminuir la tensión generada por la represión cultural de los instintos. La satisfacción de los deseos se puede lograr por medio de mecanismos normales o de actos fallidos o, mediante la elaboración onírica puesto que, los sueños son considerados como satisfacciones disfrazadas de deseos reprimidos. Si ninguno de los mecanismos normales funciona, en procura de satisfacer las inclinaciones del Ello, el individuo desarrollará mecanismos anormales, como las fobias y los síntomas histéricos, los cuales están enderezados a satisfacer simbólicamente los deseos reprimidos .

En algunos delincuentes existe un oscuro sentimiento de culpabilidad previo al delito, procedente del complejo de Edipo, siendo reacción a las dos grandes intenciones criminales, matar al padre y gozar de la madre. A colación la teoría psicoanalítica define que, los delitos cometidos por fijación del sentimiento de culpabilidad son un alivio para el sujeto atormentado .Dentro de la concepción normativa de la culpabilidad, la mencionada teorética sostiene el obrar sensible por parte del hombre a través del libre albedrío .

Para la teoría psicoanalítica el criminal neurótico presenta conducta de enemistad social que, representa punto de escape del conflicto psíquico entre partes sociales y a sociales de la personalidad. En cuanto al criminal normal, la teorética en mención, forja la noción de una estructura anímica semejante al hombre normal, identificándolo por la educación a los modelos criminales .

La única diferencia entre el delincuente y el hombre normal consiste en que, este último, domina parcialmente sus instintos motores criminales, desviándolos hacia otros fines socialmente innocuos, adquiriendo dominio de tendencias a través de la educación .